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miércoles, 27 de julio de 2011

Noches de Alameda

El insomnio aprieta cuando hace calor, y más cuando te recuerdo tumbada mirando hacia el balcón. Busco en mis bolsillos, está todo lo necesario. Busco en mi corazón, está todo lo prescindible.

Esta va por aquellas noches solitarias, pensativas, en algún banco del Alameda de Hercules. Por el "Joselito" que "no es güeno ni ná" mientras te pide algún buche del litro o algo "pa un café". Por aquel señor enchaquetado que a las 7 de la mañana le pedía la mano a una yonki que te hablaba como si fueras del barrio de toda la vida.

Va por los güiris que buscan "hash" sabiendo que le van a estafar. Las travestis que te lanzan piropos para que caigas en Joaquin Costa, aquella calle donde las mujeres viven a "costa" de Joaquín.

Por la segunda planta de Don Pedro Niño 17: os echo de menos. Por las peleas posesivas de la kinki del bajo del bloque con el novio y las visitas al bloque de al lado a horas intempestivas.

Por los intentos de robos de bici en las callejuelas del centro. Por tus llamadas a las cuatro de la mañana pidiendo que te acompañe al Jackson a por una cerveza, esperando (sin suerte) poder meterte en mi cama unas horas después. Por las noches de poesía que tanto anhelaste y que nunca compartí contigo.

Por las noches de helados del Freskura, dos amigos y una botella de agua, recordando a esa Alameda de 15 años y albero. Por las sesiones de café y cigarros en el Bulebar para luego ver alguna buena película en el salón. Por la noche que me encaré con cuatro y salí airoso. Por las veces que he salido con buena reputación de algún cacheo de la Policía.

Por los Viernes de militancia, tapitas y banquitos. Por el vino "proletario" de Extremadura que nos bebíamos en mi habitación. Por los cuentos que te leía cada noche. Por tus gemidos, los de ella y los de la otra.

Por cualquier noche en Jackson, Kafka o Malandar. Por los almuerzos y cena en la azotea. Por las mañanas de olor a tabaco y alcohol por el suelo. Por la última noche del piso, tres en calzoncillos en lo alto del edificio discutiendo sobre la disposición geográfica de Sevilla.

Por todos los borrachos, locos, artistas, ladrones, yonkis y putas del Alameda. Por los grandes momentos que he vivido en los últimos años. Por ti, por mi...y por todos mis compañeros y compañeras. Debajo de los adoquines, está el albero. Venceremos ;)

4 comentarios:

  1. Simplemente MARAVILLOSO!

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  2. Gracias anónimo, tampoco es pa tanto ;)

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  3. Los tipos que hemos vivido todo eso de cerca hemos podido saborear esta definición de manera fiel y melancólica :)

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  4. Gracias Unknown, you know ;) Por cierto, aunque no solía ir, han conseguido cerrar El Sirenas...ya queda menos de esa antigua Alameda...

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